El norte de la Gran Isla, otra faceta de Madagascar

El norte de la Gran Isla, otra faceta de Madagascar

Madagascar es un país que alimenta a las fantasmas. Los aventureros del alma, los amantes de la naturaleza y también los viajeros en busca de encuentros auténticos encontrarán allí su felicidad y particularmente en el norte de la isla.

El cosmopolitismo de una ciudad bella

Diégo Suarez guardó un ambiente particular que no deja de seducir a los turistas en busca de extrañamiento y de quietud. La ciudad guardó los vestigios arquitecturales coloniales, confiriéndole un encanto desueto. En las calles, el cosmopolitismo de la población, más o menos macado, sorprende siempre a los recién llegados.

Ampasindava y NosyHara, el paraíso bajo los ojos

El segundo día en Antsiranana (el nombre malgache de Diégo) nos llevará para la península de Ampasindava, donde la montaña sobresale majestuosamente un bosque de manglar extendiéndose a lo largo del litoral. Entre excursión pedestre y kayak de los mares, el placer está presente.

La estancia en Madagascar con viajes-madagascar.com se perseguirá luego en el archipiélago sagrado de NosyHara que está incluido también en un parque marino. El sitio es sagrado para la población. Ir allí es la ocasión soñada para conocer las tradiciones y las costumbres de los habitantes. Un magnífico acantilado de caliza ofrece un sitio de escalada a los amantes de sensaciones fuertes. Los islotes resguardan entre otras grutas con estalactitas y estalagmitas, así como lindas calas pequeñas recubiertas de arena blanca, bordeando un mar de azul límpido, ideal para hacer un snorkeling. El archipiélago es también ideal para iniciarse a la pesca de todos sus estados.

Los Tsingy Rojos, un santuario frágil a proteger

De vuelta a Diégo, embarcaremos a bordo de todoterreno para ir a los Tsingy Rojos, donde los cañones erosionados ofrecen un espectáculo extraordinario a los ojos. En los huecos crece una vegetación de una gran riqueza, que supo adaptarse al calor y a la aridez. La fauna es excepcional allí. Sin embargo, para preservar la belleza y la fragilidad de los lugares, se recomienda seguir siempre los caminos acondicionados.

El ocio para terminar la estancia

Después de la visita deportiva de los Tsingy, la continuación del programa estará orientada hacia el ocio en la playa de Ramena o en las tres bahías. Usted puede también dejarse arrastrar por una iniciación alkitesurf o a otros deportes de deslizamiento, antes de una vuelta por correspondencia nacional a Antananarivo. La última jornada o media jornada será libre.

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